Desde que te marchaste no ha dejado de llover, aun no se si el cielo llora conmigo…o llora por mi.
Desde hacia tiempo el sol parecía haberse olvidado de mi, la lluvia era constante e incesante, pero lo que aun no se a ciencia cierta, es si el cielo esta llorando conmigo o esta llorando por mi.
La soledad recorría cada pasillo de la casa, podía escuchar sus pasos como se escuchan los de un niño cuando camina tranquilamente por los corredores, podía sentir su presencia como se siente el abrazo de confortación que se recibe en los peores momentos de nuestra vida, la podía escuchar como se escuchan las palabras crueles de la verdad, cuando esta verdad no hiere, la odio…odio su presencia, su olor, sus palabras, sus pasos, sus verdades crueles y sus mentiras confortadoras y al mismo tiempo me he acostumbrado a ella ya que es mi única compañía desde que te marchaste.
Aunque esta nublado, mi vista alcanza a distinguir las cosas que hay en el camino hasta la cerca, aun inconclusa, aun a medio terminar aun a medio pintar, aquel árbol frondoso que nos cobijo con su sombra, ahora solo es un montón de ramas secas junto a la entrada de la casa, aquellos escalones frente a la puerta que en cientos de ocasiones fueron nuestras sillas favoritas ahora están quebradas y viejas, la casa ahora solo es un lugar frío y vacío pero al mismo tiempo calido y lleno de recuerdos, pero ella no es la única que ha cambiado. aun me cuesta creer que aquella imagen frente al espejo sea la mía, aquellos ojos negros y profundos, ahora están cansados y vacíos, el alma que una vez estuvo llena de vida ahora es como aquel gran árbol de la entrada, tienes raíces que aun palpita, pero la vida lo abandonado hace mucho tiempo, aquella piel tersa y suave ahora solo era un manojo de arrugas, aquellos labios rojos y apetecibles cual fruta madura ahora están marchitos y secos… desde que te marchaste no ha dejado de llover, aun no se si el cielo llora conmigo…o llora por mi.
Día a día me pregunto si todo esto valió la pena, si los sacrificios de ambos valieron realmente la pena, ¿aquella decisión realmente fue un bien mutuo o fue simple cobardía?...realmente nunca lo sabre, tal vez nunca obtenga la respuesta a esta pregunta, incluso nuestras promesas hechas en aquel entonces fueron rotas una tras otra de formas distintas, tal vez nuestro destino nunca fue estar juntos…tal vez nosotros nunca quisimos aceptarlo o tal vez, solo tal vez debíamos estar juntos pero de tanto negarlo el destino nos separo finalmente, pero eso ahora no importa, mi tiempo se ah acabado, puedo sentirlo, solo me quedan unos cortos minutos pero eso justo ahora no tiene importancia ¿o tal vez si la tiene?. Es casi absurdo pensar en esto ahora, justo cuando ya el tiempo no se regresa, justo cuando escucho sus pasos por el pasillo acercándose lentamente a mi, por fin llego, por fin se ha apiadado de mi alma vieja y cansada, por fin recordó que tenia una cita desde hace mucho tiempo ya pactada, pero no tengo miedo, no siento temor en el momento que cruza el umbral de la puerta, no intento huir cuando la veo sentarse frente a mi y hablarme como dos viejas amigas ni dolor cuando me envuelve con sus fríos brazos, ahora todos oscuridad vacío y paz.
Poco a poco la miseria de la guerra iba consumiendo todo lo que se atravesara en su paso, las tropas de los Nor-Coreanos ganaban mas territorios con el paso de los días, la invasión total era casi un hecho concreto, pero aun así las tropas nacionales se negaban a rendirse, aquel parecía el fin del mundo, todo alrededor era hambre y muerte la miseria se había instalado y parecía no quererse ir por un largo tiempo, aquellos ojos que veían con gran tristeza como todo a su paso era miseria por momentos deseaban no ver, contemplar solo oscuridad era mejor que contemplar la muerte que se mostraba a su paso. Ya hacia un año que había comenzado la guerra y parecía no tener fin, pero realmente ¿tienen fin las guerras?, las figuras opacas, penosas y demacradas que veía através de la ventana del auto le mostraban la cruel realidad que estaban viviendo en esos momentos, aquel Jaguar negro se movía con dificultad entre las ruinas de las casa los cuerpos inerte de algunas personas y los baches del camino.
-Señorita Kim ¿se encuentra bien?—la mirada del conductor era de preocupación, desde su salida de Seúl su señora no había dicho ni una palabra, cosa bastante extraña ya que era alguien muy curiosa, que el hecho de que estuviera en silencio era bastante extraño, desde que había perdido su vista a causa de una explosión durante el comienzo de la guerra, su única visión era su curiosidad a las cosas que pasaban a su alrededor, esta muy callada.
-Estoy bien WooBin…no te preocupes—Kim SonHie, era la mayor de las hijos del matrimonio Kim, en Seúl la llamaban Sharon igual que la flor nacional ya que era tan hermosa como ellas—¿falta mucho para llegar?
-Solo una hora mi señora—su vista se intercalaba entre el camino y su señora, para el y para todos era una verdadera crueldad que una persona tan joven perdiera su vista a una edad tan corta solo por el odio y avaricia de otros—su padre piensa que estará segura aquí, lo mas probable es que el se reúna con usted pronto señora…lo que no comprendo es porque la envía aquí sola, con su problema de visión no es seguro dejarla.
-WooBin-Oppa, estaré bien—aquella dulce sonrisa que su señora se conservaba a un a pesar de todo este desastre era como ver la salir el sol después de un día entero de lluvia, te calmaba y sabias que todo estaría bien—podré defenderme sola.
El auto seguía su marcha por un camino menos bachado que el anterior, el canto de los pájaros aun era posible escucharlo en este lugar…Gyeongsangbuk-do aun estaba alejado de la guerra por ser un lugar sagrado ninguno de los dos bandos se atrevían a tocar su suelo y dañarlo, así como lo habían hecho los Kim muchas otras familia habían enviados a sus hijos o a los mayores a este lugar buscando protegerlos. Para Kim SonHie aquel lugar solo era una burbuja de mentiras donde todos se ocultaban de la realidad que no querían ni deseaban afrontar, pero ¿Quién era ella para juzgar?...ella que había sido capaz de fingir su propia ceguera, ella que hizo creer a todos que había perdido su facultad de ver solo por intentar huir de aquella realidad que envolvía a todos.
El auto se detuvo finalmente frente a las puertas de una casa de carácter humilde, muchas de las personas que ahora habitan en las casa de junto salieron a ver a esa nueva familia que llegaba, pero grande fue su sorpresa al ver bajar solo a una joven de unos dieciocho años, sin mas compañía que aquel joven que la acompañaba y ayudaba a bajar del auto, varios chicos se quedaron asombrados por la belleza de aquella joven, pero los mayores lamentaron mucho y no pudieron evitar sentir un dolor al ver que aquella joven necesitaba de un bastón para poder caminar y la ayuda de aquel joven entonces comprendieron que la chica no podía ver.
-La casa es muy humilde señora—WooBin corrió las cortinas dejando que toda la luz que fuera posible entrara a la casa—no es ni la mitad de lujosa de lo que usted esta acostumbrada.
-Con la guerra, todos los que teníamos lujos hemos tenido que renunciar a ellos—con ayuda de su chofer la joven se sentó en el mueble dejando su vista fija en la nada-si no muero de hambre será una bendición.
-Señora, déjeme quedarme con usted— ¿Qué podía esperar el?, un simple sirviente y chofer, sabia que estaba loco, fijarse en ella, en la hija de sus señores lo cual era una autentica locura, pero solo un idiota no se enamoraría de alguien como ella, era un ángel que había venido a la tierra y el se había convertido en su mas fiel devoto—déjeme cuidarla.
-WooBin—su mano posándose en la mejilla de su viejo amigo, no era tonta sabia perfectamente de los sentimientos de el mayor por ella, pero ella no podía corresponderlos—Omma y Appa no pueden quedarse solos, en estos tiempos ellos te necesitan mas que yo.
-Esta bien mi señora—con una gran pesadumbre y resignación se dio la espalda caminando hacia la salida de la casa, en el momento que su mano se poso en el pomo de la puerta sintió como su corazón se partía lentamente, la estaba dejando sola, a ella a esa mujer que amaba desde que era un niño y a la que había jurado proteger y cuidar siempre, ahora la dejaba sola, sola en aquella villa alejada de todo, sola a enfrentarse a un estilo de vida al que no estaba acostumbrada, sola en su la oscuridad que la envolvía debido a su ceguera. Sus pasos lentos y cansados lo dirigieron al auto, dando una última vista a la casa donde dejaba a su amado ángel, subió en coche para ponerlo en marcha y partió rumbo a una ciudad en ruinas y muerta debido a esta guerra.
-Perdóname Oppa—el suspiro que salio de sus labios era una mezcla de tristeza, soledad y libertad…por fin podría dejar de fingir estar ciega, por fin podría dejar de actuar indiferente cuando veía algo desgarrador, esa ceguera fingida era su ignorancia auto inducida para intentar sobre llevar aquel caos que ahora era el mundo a su alrededor, a medida que avanzaban las horas aquella casa humilde que antes era un desastre de corotos viejos e inútiles se iba convirtiendo en una casa apacible y habitable, no eran muchas las pertenencias útiles que habían, una pequeña mesa central, un mueble mediano dos sillas, una vieja mesa de madera una estufa de leña apenas los cubiertos necesarios, en la otra habitación solo contaba con una pequeña cama un ropero para sus cosas una mesa anta y un espejo.
Incluso nuestras mentiras tienen un final, incluso nuestras dudas una respuesta e incluso nuestro valor tiene la cobardía dentro de el, las personas de la villa era algo que tenían bastante claro, no importaba lo que hicieran ni cuanto fingieran sabían que en algún momento la guerra terminaría alcanzándolos, sabían que sin importar cuanto se ocultaran terminarían descubiertos, la muerte que ahora asolaba al país los alcanzaría, la miseria llegaría, las tierras fértiles que ahora rebosaban llenas de verduras y frutas, los animales que pastaban tranquilos en aquellos prados, ellos mismos morirían en algún momento.
Pero mientras un pequeño grupo se lamentaba en el miseria que había caído su país, otro grupo, conformado por soldados, por jefes de guerra y de más planeaban la mejor de manera de ganar ya no una batalla sino la guerra, tumbar la resistencia que quedaba de los Sur Coreanos era lo que determinaría el final de la guerra y lo que hasta ahora parecía la victoria definitiva de los Nor Coreanos, la adhesión de tropas chinas a sus filas había sido una decisión y un apoyo acertado a esta guerra ya que le había dado una gran ventaja sobre su enemigo. Las tropas Estados Unidences y Sur Coreanas, estaban atrapadas, reducidos a pequeños grupos y esparcidos en algunas zonas que no les daban ninguna ventaje sobre las batallas, la toma de Pusan había sido un movimiento clave que había determinado en gran parte el resultado de las batallas libradas hasta ahora. Pero en muchas oportunidades, en muchas guerras el destino ah dado giros que cambian totalmente el rumbo que llevan las cosas hasta determinado momento, sucedió en la guerra de Troya, sucedió con el Imperio Romano, con la mítica Atlántida y esta guerra estaba apunto de demostrar que muchas veces el destino disfruta de repetir las mismas historias.
1 comentarios:
aaw unnie que bien escribes! *-* me encanta sigela! porfis ^^
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