Mi nombre es Kim JaeJoong, tengo 24 años y esta es mi historia… la historia de alguien que murió cuando solo comenzaba a vivir… que le destruyeron sus sueños incluso antes de haberlo idealizado… la historia de alguien que vivía solo porque su corazón aun palpitaba, que estaba en un mundo donde el sol brillaba para todos menos para mí… la historia de alguien que sólo era un fantasma.
*-*-*-*-*-*-*-*16 Años atrás*-*-*-*-*-*-*-*
Caminaba tranquilamente por las calles, regresaba a casa después de una larga mañana de clases, la sonrisa en su rostro era igual de tierna y dulce como la de todos los días, es que todo en su vida era perfecto… tenía al padre perfecto, la madre perfecta, los amigos perfectos… todo era perfecto, demasiado para ser correcto. Cuando llegó a su casa algo no estaba bien, todo estaba demasiado callado, sus padres no estaban ni tampoco su nana, no prestó mucha atención a ello y caminó hasta la cocina, abrió el refrigerador y sacó un vaso de jugo y un trozo de pastel, sabía que su madre lo regañaría donde se enterara que eso era lo que comería por almuerzo pero ya que no había nadie en casa y estaba muerto de hambre mejor era pastel que nada.
Al subirse en una silla para tomar un plato de la alacena se dio cuenta de algo de lo que no se había fijado… acaso eso… ¿era sangre?... ¿Por qué la mesa de la cocina estaba cubierta desangre?... en su casa eran vegetarianos así que era imposible que aquello fuera sangre de alguna cosa que fueran a preparar. Dejó aquello en la cocina y caminó lentamente hacia las escaleras para ir al segundo piso, caminó hacia su habitación viendo que todo estaba en orden… caminó hacia la de sus padres y entonces escuchó los leves gemidos que salían de esta, abrió la puerta lentamente para encontrar a su madre llorando en un rincón, en sus manos sujetaba un cuchillo y sus manos y ropa estaban cubiertas de sangre… pero su mundo se derrumbó totalmente al ver en la cama, los cuerpos desnudos y sin vida de su padre y su niñera.
-O…Omma…
-Ja…JaeJoong ah - su madre gateó hasta él, dejando las huellas de sangre a su paso- mi querido hijo -sentir las manos de su madre con aquella fragancia de sangre en ellas sería algo que no podría olvidar jamás- mi pequeño ángel.
-Omma… ¿qué paso?... ¿Por qué papá y nana están así?
-Ap…Appa y nana… están durmiendo amor… y tenemos que irnos para no molestarlos.
-¿Por qué duermen juntos Omma?
-Porque dicen quererse - en ese momento no entendí la amargura de esas palabras, no entendí el oscurito significado tras aquella falsa sonrisa… no entendí el infierno que se encendía con aquella escena que contemplaban mis ojos.
Desde aquel momento todo paso demasiado rápido, mi madre empacó nuestra ropa, la vi tomar todo el dinero existente en nuestra caja fuerte y las cosas de valor que le había regalado mi padre, después de esto salimos del que había sido mi hogar por 8 años.
Desde que llegamos a Japón las cosas habían sido muy extrañas, su madre nunca se quedaba más de una semana en el mismo sitio, cuando veía a un policía se ponía tan nerviosa que no encontraba qué hacer, aquellas cosas eran demasiado extrañas para el pequeño JaeJoong, ahora estaba ahí, él solo en aquel cuarto que habían alquilado y en el cual vivían, aquel había sido el único sitio donde parecía se podrían quedar ya que tenían una semana y media viviendo ahí, pero él no dejaba de extrañar su país, su casa, sus amigos… su padre, la esperanza más grande de JaeJoong era algún día volver a ver a su padre.
-Jae ya llegué - su madre entró con unas bolsas de comida en sus manos, besó la frente del pequeño y caminó hasta dejar las bolsas arreglando las cosas que había comprado en la pequeña alacena de la cocina-¿Qué tienes mi pequeño, te ves pensativo?
-Omma… cuándo volveremos a ver a Appa- JaeJoong escuchó el sonido sordo que produjeron las cosas que resbalaron de la mano de su madre, siempre era lo mismo cada vez que nombraba a su Padre ella reaccionaba de aquella manera-¿Omma?
-Mi pequeño -se supone que los brazos de nuestros padres son nuestros escudos contra las cosas malas del mundo, los brazos de nuestra madre son aquella murallas irrompible que nos alejan de todas las cosas malas que puedan pasarnos en la vida… ¿entonces por qué el estar entre los brazos de su madre le producía tanto miedo e inquietud?- tu padre está de viaje… y es un viaje que durará mucho tiempo.
-Entonces… cuando Appa regrese de su viaje… estaremos juntos de nuevo -aquel silencio que lo cubrió por un momento solo hizo que el temor que sentía dentro de él creciera más... pero necesitaba escuchar que en algún momento volvería a ver a ese ser que tanto amaba en el mundo, necesitaba saber que en algún momento volvería a ver a su amado padre, que volverían a estar juntos como siempre.
-Si JaeJoong… algún día volveremos a estar juntos con tu padre- ¿por qué aquellas palabras le parecieron tan falsas?, sentía que por algún motivo aquellas palabras eran todo lo contrario a lo que el necesitaba, el necesitaba una esperanza pero de cierta forma aquellas palabras solo le dieron lo contrario- Pero JaeJoong por ahora no quiero que vuelvas a hablar de tu padre… ¿de acuerdo?
-Pe…pero Omma -aquella mano sobre su mejilla y el dolor que había quedado en esta fue suficiente para que el pequeño Jae entendiera lo que aquella mujer que él llamaba madre quería decir
-Si tantas ganas tienes de ir con tu padre… puedo hacer que vayas con él en este mismo instante… no quiero volver a escuchar que nombres a tu padre… ¿entendido?
-Esta bien - si en aquel momento él hubiera sabido que decir aquellas palabras sellaría su cruel destino, si alguien se lo hubiera dicho tal vez no hubiera aceptado aquello que su madre le imponía. Pero JaeJoong debería aprender de la peor manera que la vida no es lo que uno espera, que muchas veces hay que superar momentos muy difíciles y lastimosamente para él, él tendría que pagar los errores de su madre.
Cuando ya tenían dos años viviendo en Japón el dinero había comenzado a escasearse, habían tenido que vender las cosas de valor que habían tomado de su antigua casa para poder sobre vivir, pero las cosas iban de mal en peor, su madre se había vuelto una alcohólica drogadicta, el pequeño JaeJoong a sus cortos 10 años había tenido que ver como su madre se destruía a ella misma, además de que había comenzado a vivir con un hombre que la golpeaba y encima la prostituía, el había comenzado a trabajar en un sitio de comida que quedaba cerca de su casa, de esta manera podía costear sus estudios, aunque estudia en un colegio público debía comprar textos y cosas para el poder estudiar, aunque su paga no era mucha era lo suficiente para el poder comprar algunas cosas que eran de uso sencillo.
No me quejaba, sabía que tal vez esta era la forma en la que debía salir adelante. Caminé lentamente la poca distancia que separaba mi trabajo de mi casa, realmente no quería llegar, no tenía ningún motivo para desear llegar… aun peor fue la visión que tuve al abrir la puerta… no sabía qué era lo peor, ver a mi madre tener sexo con un hombre que seguramente había pagado una cierta cantidad de dinero para poder hacerlo, ver a aquel maldito bastardo al que mi madre llamaba pareja, grabándolos para seguramente vender luego aquel video a cualquier maldito que quisiera ver porno a bajo precio, o el saber que mi madre se había convertido en una maldita zorra sin orgullo… a la final no sé que me daba más asco.
*-*-*-*-*-*-*-*Tiempo Actual*-*-*-*-*-*-*-*
-¿Entonces dijeron que no servía?-YunHo y los demás no podían creer lo que escuchaban, Shim ChangMin era reconocido por dos cosas, una, era el escritor fílmico más joven del mundo, dos, todas sus obras eran éxitos seguros, incluso en Hollywood se le consideraba una eminencia.-Seré muy indiscreto pero… ¿de qué se trata tu nuevo guión?- JaeJoong estaba encendiendo su decimoquinto cigarrillo en menos de una hora, el sentir que la nicotina entraba en sus pulmones era la gloria, aunque la sensación producida por la heroína tampoco le disgustaba- claro… si no es mucho pedir que nos cuentes.
-No claro que no- ChangMin se levantó de su sitio y caminó hasta su cuarto buscando el guión que había escrito, volvió a la mesa y se lo extendió a JaeJoong quien lo tomó mientras le daba otro sorbo a la cerveza que tenía en la mesa- cigarros y licor- ChangMin se sentó siendo seguido por la mirada de sus otros cuatro acompañantes- acabarás sin pulmones y sin hígado.
-De algo hay que morir en esta vida- JaeJoong se levantó tomando la cerveza y caminó hacia la sala, después de dejar el cigarro en el cenicero y de dejar la cerveza sobre la mesa de centro se sentó en el mueble y comenzó a leer el guión que tenía entre sus manos… después de unos diez minutos de silencio por fin su voz se escuchó de nuevo -esto apesta-tomando la cerveza la vació sobre el guión bajo la mirada sorprendida de todos- he visto tu trabajo- el chico se puso de pie arreglando su camisa y caminando hacia el cesto de basura -eres más que esta basura- JaeJoong dejó caer el guión en el cesto de basura y caminó a la salida- volveré mañana… eso si acaso -abriendo la puerta tomó su abrigo -no me esperen.
Mi nombre es Kim JaeJoong…y esta es mi historia.
*-*-*-*-*-*-*-*16 Años atrás*-*-*-*-*-*-*-*
Caminaba tranquilamente por las calles, regresaba a casa después de una larga mañana de clases, la sonrisa en su rostro era igual de tierna y dulce como la de todos los días, es que todo en su vida era perfecto… tenía al padre perfecto, la madre perfecta, los amigos perfectos… todo era perfecto, demasiado para ser correcto. Cuando llegó a su casa algo no estaba bien, todo estaba demasiado callado, sus padres no estaban ni tampoco su nana, no prestó mucha atención a ello y caminó hasta la cocina, abrió el refrigerador y sacó un vaso de jugo y un trozo de pastel, sabía que su madre lo regañaría donde se enterara que eso era lo que comería por almuerzo pero ya que no había nadie en casa y estaba muerto de hambre mejor era pastel que nada.
Al subirse en una silla para tomar un plato de la alacena se dio cuenta de algo de lo que no se había fijado… acaso eso… ¿era sangre?... ¿Por qué la mesa de la cocina estaba cubierta desangre?... en su casa eran vegetarianos así que era imposible que aquello fuera sangre de alguna cosa que fueran a preparar. Dejó aquello en la cocina y caminó lentamente hacia las escaleras para ir al segundo piso, caminó hacia su habitación viendo que todo estaba en orden… caminó hacia la de sus padres y entonces escuchó los leves gemidos que salían de esta, abrió la puerta lentamente para encontrar a su madre llorando en un rincón, en sus manos sujetaba un cuchillo y sus manos y ropa estaban cubiertas de sangre… pero su mundo se derrumbó totalmente al ver en la cama, los cuerpos desnudos y sin vida de su padre y su niñera.
-O…Omma…
-Ja…JaeJoong ah - su madre gateó hasta él, dejando las huellas de sangre a su paso- mi querido hijo -sentir las manos de su madre con aquella fragancia de sangre en ellas sería algo que no podría olvidar jamás- mi pequeño ángel.
-Omma… ¿qué paso?... ¿Por qué papá y nana están así?
-Ap…Appa y nana… están durmiendo amor… y tenemos que irnos para no molestarlos.
-¿Por qué duermen juntos Omma?
-Porque dicen quererse - en ese momento no entendí la amargura de esas palabras, no entendí el oscurito significado tras aquella falsa sonrisa… no entendí el infierno que se encendía con aquella escena que contemplaban mis ojos.
Desde aquel momento todo paso demasiado rápido, mi madre empacó nuestra ropa, la vi tomar todo el dinero existente en nuestra caja fuerte y las cosas de valor que le había regalado mi padre, después de esto salimos del que había sido mi hogar por 8 años.
Desde que llegamos a Japón las cosas habían sido muy extrañas, su madre nunca se quedaba más de una semana en el mismo sitio, cuando veía a un policía se ponía tan nerviosa que no encontraba qué hacer, aquellas cosas eran demasiado extrañas para el pequeño JaeJoong, ahora estaba ahí, él solo en aquel cuarto que habían alquilado y en el cual vivían, aquel había sido el único sitio donde parecía se podrían quedar ya que tenían una semana y media viviendo ahí, pero él no dejaba de extrañar su país, su casa, sus amigos… su padre, la esperanza más grande de JaeJoong era algún día volver a ver a su padre.
-Jae ya llegué - su madre entró con unas bolsas de comida en sus manos, besó la frente del pequeño y caminó hasta dejar las bolsas arreglando las cosas que había comprado en la pequeña alacena de la cocina-¿Qué tienes mi pequeño, te ves pensativo?
-Omma… cuándo volveremos a ver a Appa- JaeJoong escuchó el sonido sordo que produjeron las cosas que resbalaron de la mano de su madre, siempre era lo mismo cada vez que nombraba a su Padre ella reaccionaba de aquella manera-¿Omma?
-Mi pequeño -se supone que los brazos de nuestros padres son nuestros escudos contra las cosas malas del mundo, los brazos de nuestra madre son aquella murallas irrompible que nos alejan de todas las cosas malas que puedan pasarnos en la vida… ¿entonces por qué el estar entre los brazos de su madre le producía tanto miedo e inquietud?- tu padre está de viaje… y es un viaje que durará mucho tiempo.
-Entonces… cuando Appa regrese de su viaje… estaremos juntos de nuevo -aquel silencio que lo cubrió por un momento solo hizo que el temor que sentía dentro de él creciera más... pero necesitaba escuchar que en algún momento volvería a ver a ese ser que tanto amaba en el mundo, necesitaba saber que en algún momento volvería a ver a su amado padre, que volverían a estar juntos como siempre.
-Si JaeJoong… algún día volveremos a estar juntos con tu padre- ¿por qué aquellas palabras le parecieron tan falsas?, sentía que por algún motivo aquellas palabras eran todo lo contrario a lo que el necesitaba, el necesitaba una esperanza pero de cierta forma aquellas palabras solo le dieron lo contrario- Pero JaeJoong por ahora no quiero que vuelvas a hablar de tu padre… ¿de acuerdo?
-Pe…pero Omma -aquella mano sobre su mejilla y el dolor que había quedado en esta fue suficiente para que el pequeño Jae entendiera lo que aquella mujer que él llamaba madre quería decir
-Si tantas ganas tienes de ir con tu padre… puedo hacer que vayas con él en este mismo instante… no quiero volver a escuchar que nombres a tu padre… ¿entendido?
-Esta bien - si en aquel momento él hubiera sabido que decir aquellas palabras sellaría su cruel destino, si alguien se lo hubiera dicho tal vez no hubiera aceptado aquello que su madre le imponía. Pero JaeJoong debería aprender de la peor manera que la vida no es lo que uno espera, que muchas veces hay que superar momentos muy difíciles y lastimosamente para él, él tendría que pagar los errores de su madre.
Cuando ya tenían dos años viviendo en Japón el dinero había comenzado a escasearse, habían tenido que vender las cosas de valor que habían tomado de su antigua casa para poder sobre vivir, pero las cosas iban de mal en peor, su madre se había vuelto una alcohólica drogadicta, el pequeño JaeJoong a sus cortos 10 años había tenido que ver como su madre se destruía a ella misma, además de que había comenzado a vivir con un hombre que la golpeaba y encima la prostituía, el había comenzado a trabajar en un sitio de comida que quedaba cerca de su casa, de esta manera podía costear sus estudios, aunque estudia en un colegio público debía comprar textos y cosas para el poder estudiar, aunque su paga no era mucha era lo suficiente para el poder comprar algunas cosas que eran de uso sencillo.
No me quejaba, sabía que tal vez esta era la forma en la que debía salir adelante. Caminé lentamente la poca distancia que separaba mi trabajo de mi casa, realmente no quería llegar, no tenía ningún motivo para desear llegar… aun peor fue la visión que tuve al abrir la puerta… no sabía qué era lo peor, ver a mi madre tener sexo con un hombre que seguramente había pagado una cierta cantidad de dinero para poder hacerlo, ver a aquel maldito bastardo al que mi madre llamaba pareja, grabándolos para seguramente vender luego aquel video a cualquier maldito que quisiera ver porno a bajo precio, o el saber que mi madre se había convertido en una maldita zorra sin orgullo… a la final no sé que me daba más asco.
*-*-*-*-*-*-*-*Tiempo Actual*-*-*-*-*-*-*-*
-¿Entonces dijeron que no servía?-YunHo y los demás no podían creer lo que escuchaban, Shim ChangMin era reconocido por dos cosas, una, era el escritor fílmico más joven del mundo, dos, todas sus obras eran éxitos seguros, incluso en Hollywood se le consideraba una eminencia.-Seré muy indiscreto pero… ¿de qué se trata tu nuevo guión?- JaeJoong estaba encendiendo su decimoquinto cigarrillo en menos de una hora, el sentir que la nicotina entraba en sus pulmones era la gloria, aunque la sensación producida por la heroína tampoco le disgustaba- claro… si no es mucho pedir que nos cuentes.
-No claro que no- ChangMin se levantó de su sitio y caminó hasta su cuarto buscando el guión que había escrito, volvió a la mesa y se lo extendió a JaeJoong quien lo tomó mientras le daba otro sorbo a la cerveza que tenía en la mesa- cigarros y licor- ChangMin se sentó siendo seguido por la mirada de sus otros cuatro acompañantes- acabarás sin pulmones y sin hígado.
-De algo hay que morir en esta vida- JaeJoong se levantó tomando la cerveza y caminó hacia la sala, después de dejar el cigarro en el cenicero y de dejar la cerveza sobre la mesa de centro se sentó en el mueble y comenzó a leer el guión que tenía entre sus manos… después de unos diez minutos de silencio por fin su voz se escuchó de nuevo -esto apesta-tomando la cerveza la vació sobre el guión bajo la mirada sorprendida de todos- he visto tu trabajo- el chico se puso de pie arreglando su camisa y caminando hacia el cesto de basura -eres más que esta basura- JaeJoong dejó caer el guión en el cesto de basura y caminó a la salida- volveré mañana… eso si acaso -abriendo la puerta tomó su abrigo -no me esperen.
Mi nombre es Kim JaeJoong…y esta es mi historia.
